«combatir la ansiedad de comer»
Todas las personas tenemos emociones, de estas la ansiedad es aquella que nos incita a comer, pues la ansiedad la muestra de temor, que en ocasiones van de la mano con los pensamientos negativos, esta sensación está acompañada de sentimientos de inseguridad, y de sensación de peligro.
La ansiedad a menudo nos produce las ansias de ingerir comida, pues se ha llegado a la conclusión de que las personas ingieren alimento, comida por que verdaderamente no saben las causas de su ansiedad, y eso hace que la persona se sienta indefensa ante la ganas de comer, en cambio cuando la persona conoce la causa de su ansiedad, llega a sentir que pude controlarlo, lo malo es que las personas solo saben y se dan cuenta de la presencia de la ansiedad, mas no en identificar en reconocer cuales son las causas que de la ansiedad, y tratar d enfocarse solo en técnicas, para poder corregir controlar.
Pues muy al contrario recurrimos a los factores como la bebida, la comida principalmente, y el alcohol, el café, las ansias por comer es por que se siente hambre emocional, se siente el vacío que hay en tu interior y ala intentar reemplazarlo o simplemente llenar el vacío confundes con el hambre
Cada uno de nosotros tenemos un ansiolítico preferido y normalmente para las personas tendentes a engordar, la comida es el “ansiolítico” por excelencia.
El organismo hace cualquier cosa por liberarse de la ansiedad, recurrimos muchas veces a la comida sobre todo a las grasas y los dulces que tienen la capacidad de elevar la cantidad de opiáceos endógenos del organismo, produciendo una sensación de relax y tranquilidad por esta razón la comida es una droga muy adictiva. Esta capacidad calmante es potente pero transitoria, en muchas ocasiones, quien come para aliviar su ansiedad acaba sintiéndose peor que al principio, porque al malestar que sentía inicialmente tendrá que añadir el que le produce la culpa de haberlo hecho sin control. Quizá en ese momento, la persona para aliviar ese nuevo malestar , decida
Volver a “ asaltar “ la nevera y comer algo apetitoso. De esa manera, se acaba cerrando el círculo vicioso que supone el hambre de causa psicológica.