Me merezco amor incondicional.
Me merezco una vida feliz, saludable y próspera.
Me merezco alegría y abundancia en mi vida.
Me merezco tener la creatividad para solucionar problemas.
Me merezco recibir ayuda y apoyo de los demás cuando lo necesito.
Me merezco tiempo de calidad conmigo mismo/a para que me guste y me acepte plenamente tal como soy.
Me merezco compasión y comprensión por mí mismo/a al reconocer mis errores o equivocaciones del pasado para seguir adelante con mi vida de manera positiva y productiva.
Me merezco simplicidad en la vida, lo cual significa disfrutar cada momento sin preocuparme por el futuro o lamentar el pasado inútilmente.
Me merezco tener éxito en todos mis esfuerzos.
Me merezco perdonarme a mí mismo/a por mis errores y gloriarme por mis logros.
Merecimiento significado espiritual
Merecimiento espiritual es el reconocimiento de que nuestras acciones son el resultado de una decisión consciente, y que recibimos el resultado merecido por dichas decisiones. Esta idea es clave en muchas religiones, sobre todo en las religión abrahámicas, como el cristianismo, el judaísmo y el islam. De acuerdo con estas creencias, Dios premia a los buenos y castiga a los malos según lo que han hecho. Esta dirección divina se llama «justicia».
En la tradición cristiana particularmente, Dios es justo y benevolente al mismo tiempo. Esta armonía es evidente en la parábola de «la oveja perdida»: ofrece amor sin condiciones para aquellos que se arrepienten de sus pecados (Lucas 15). Este principio es un tema básico del cristianismo: somos responsables por nuestras acciones y, por lo tanto, debemos asumir las consecuencias. El arrepentimiento nos permite volver al camino correcto y recibir la ayuda divina para avanzar hacia nuestro destino final espiritual.
Otro aspecto del merecimiento espiritual es la cosecha según lo sembrado. Si sembramos buenas obras, recogemos los frutos más dulces; si nos entregamos a la maldad, experimentamos su amargor durante toda nuestra vida. Este principio está presente en todas las religiones del mundo; significa que hay recompensa o castigo dependiendo de las decisiones éticas e intuitivas que tomamos cada día.
Para concluir, podemos decir que merecer el favor de Dios significa ser consciente de quien somos realmente y vivir de acuerdo con nuestra verdad más profunda. Esto significa comportarnos de manera justa y sabia, tanto para nosotros mismos como para todos los demás, para que el universo entero se beneficie de nuestra existencia.
Oracion metafísica de merecimiento, yo merezco ser feliz y tener prosperidad
Merezco ser feliz y basar mi vida en el optimismo y la alegría, para que atraiga paz, bienestar y armonía a mi alrededor. Merezco sentirse iluminado por la bondad de los demás y experimentar el calor de la compasión que me trae gratitud.
Merezco deshacerme de pensamientos limitantes para abrirme paso a nuevos horizontes e ideas. Merezco extenderme a los demás con compasión, honrando sus perspectivas y respetando sin juicio su forma particular de ver el mundo.
Merezco afirmar mis sentimientos de valía sin negarlos ni juzgarlos, llevándome al activismo constructivo mientras me levanto con orgullo como un diferente e único ser humano, resplandeciendo mi verdadero yo.
Merecemos prosperidad para lograr emprender y mantener un estilo de vida saludable que alimente nuestro cuerpo, mente y corazón, para poder florecer junto con los demás. Esta prosperidad nos impulsará hacia un futuro mejor en términos globales e individuales.
Merecemos mirarnos internamente con amor encontrando motivación para avanzar hacia nuestros objetivos sin temores o preocupaciones aparentemente infundadas. Con esta actitud podemos evolucionarnos espiritualmente hasta llegar a la plenitud deseada en todos los aspectos de nuestras vidas.
Por lo tanto le doy gracias al universo por bendecirme con la capacidad de merecer ser feliz, proporcionándome las herramientas necesarias para cultivar prosperidad desde dentro hacia fuera guiados por mis ideales más elevados.