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Oración a san Benito para el dinero

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La parte más importante de este video es esta:

Para recibir favores de los santos, debes dar penitencia.

Muchas veces rezamos una y otra vez y no vemos resultados.

Mucha gente cree que es porque los santos no nos escuchan.

Pero lo cierto es que no hacemos actos de penitencia.

Los actos de penitencia son muy importantes para las oraciones de petición.

En este video te presentamos 2 oraciones a San Benito para el dinero.

La primera oración es de petición y debes realizarla 1 vez al día, antes de tu comida principal.

Y la segunda oración debes realizarla los lunes, miércoles y viernes, antes de desayunar.

Estas oraciones a San Benito para el dinero son garantizadas y muy efectivas.

Reza con fe y haz penitencia.

Oración corta a San Benito para el dinero

Admirable Santo y Doctor de la Humildad,

Tú que practicaste lo que enseñaste,

Orando asiduamente por la gloria de Dios

Y cumpliendo amorosamente toda obra para Dios y en beneficio de todos los seres humanos.

Te pido con todo mi corazón que me guíes por el camino de la prosperidad

Y que me ayudes a acumular riquezas y a multiplicarlas

Para darle una vida digna a mis seres queridos

Y para dar caridad a los más necesitados

San Benito, tú conoces los muchos peligros físicos que nos rodean hoy en día,

A menudo causados ​​u ocasionados por invenciones humanas.

Guárdanos contra el envenenamiento del cuerpo, así como de la mente y el alma,

Amén.

Oración a San Benito para el dinero

Amadísimo San Benito, me pongo en tus manos.

Me comprometo a hacer tu voluntad en todas las cosas:

Amar al Señor Dios con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas.

No robar.

No codiciar.

No dar falso testimonio.

Honrar a todas las personas.

No hacer a otro lo que no me gustaría que me hicieran a mí.

No castigar al cuerpo.

No buscar placeres.

Amar el ayuno.

Aliviar a los pobres.

Vestir a los desnudos.

Visitar a los enfermos.

Ayudar a los que tienen problemas.

Consolar a los afligidos.

Mantenerme apartado de los caminos mundanos.

No anteponer nada al amor de Cristo.

No dar paso a la ira.

No fomentar el deseo de venganza.

No abrigar mentiras en el corazón.

No abandonar la caridad.

Decir la verdad con el corazón y con la lengua.

No devolver mal por mal.

No hacer daño y soportar pacientemente cualquier daño que me hagan.

Amar a mis enemigos.

No maldecir a los que me maldicen, sino bendecirlos.

Soportar la persecución por causa de la justicia.

No ser orgulloso.

No darme a las bebidas embriagantes.

No comer en exceso.

No ser perezoso. 

No ser chismoso.

No ser detractor.

Poner mi confianza en Dios.

Referir el bien que veo en mí mismo a Dios.

Temer el Día del Juicio.

Tener miedo al infierno.

Desear la vida eterna con anhelo espiritual.

Mantener la muerte ante mis ojos todos los días.

Vigilar constantemente mis acciones.

Recordar que Dios me ve en todas partes.

Invocar a Cristo para que me defienda de los malos pensamientos que surgen en mi corazón.

Guardar mi lengua de las malas palabras.

Evitar hablar mucho.

Evitar charlas ociosas.

Leer sólo lo que es bueno para leer.

Mirar sólo lo que es bueno ver.

Orar a menudo.

Pedir perdón diariamente por mis pecados y buscar formas de enmendar mi vida.

Obedecer a mis superiores en todo lo que le corresponde.

No desear ser tenido por santo, sino buscar la santidad.

Cumplir los mandamientos de Dios con buenas obras.

Amar la castidad.

No odiar a nadie.

No tener celos ni envidia de nadie.

No amar la lucha.

No amar el orgullo.

Honrar a los ancianos.

Orar por mis enemigos.

Hacer las paces después de una pelea, antes de la puesta del sol.

Y nunca dudar de tu misericordia

Amén.

 

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