Cómo puede ayudar la psicoterapia curar nuestras preocupaciones del pasado y a darnos el impulso para lograr nuestros objetivos y metas.
Hay 3 elementos involucrados en la relación terapéutica que pueden promover nuestra habilidad para lograr lo que queremos.
En primer lugar la sesión terapéutica en sí misma puede ser un lugar seguro donde expresamos nuestros sentimientos. Estar en contacto con nuestros sentimientos puede crearnos miedo de que vamos a perder el control de un sentimiento en particular, una vez que permitimos que se libere, continuará fluyendo indefinidamente.
Los límites crean un sentimiento de seguridad y nos ayudan a movernos lejos de estos miedos. Una vez que entramos en la oficina del terapeuta, la puerta se cierra y permanece cerrada durante la duración de la sesión sin ninguna interrupción, todos los teléfonos se apagan.
La sesión tiene un tiempo límite que es usualmente de 45 minutos, todos estos límites crean un contenedor en el cual se puede liberar las emociones dolorosas.
El segundo elemento de la psicoterapia es la plasticidad de la mente, una vez que nos permitimos regresar y experimentar nuestros sentimientos dolorosos conectados con eventos específicos en nuestras vidas. Por el hecho de experimentar nuevamente estos sentimientos podemos practicar de formas más saludables cómo controlar las sensaciones que nos producen y tal vez no teníamos esa habilidad en el pasado. De esta forma podemos ganar más sentido de empoderamiento a través de nuestras experiencias pasadas y movernos a través de ellas.
Muchos de nosotros desarrollamos patrones de comportamiento en nuestras relaciones que nos mantienen estancados en situaciones complicadas. Un terapeuta puede ayudarnos a reconocer estos patrones, y más importante, pueden apoyarnos cuando elegimos usar un nuevo comportamiento en nuestras relaciones, trabajando a través de la incomodidad que trae consigo hacer un cambio en nuestras vidas.
El tercer elemento de la psicoterapia es el rol del terapeuta como testigo del dolor emocional del cliente. Un sentimiento de liberación a menudo resulta de expresar nuestro dolor en palabras y gestos, lo que permite que el terapeuta nos acompañe en nuestro camino a través de la curación emocional.