Saltar al contenido

Autoestima inflada

  • por

Si bien debemos velar por nuestro bienestar al asegurarnos tener una buena autoestima que nos ayude a sortear los obstáculos que pueden presentársenos en el camino.

No debemos confundir una autoestima sana con una autoestima inflada pues como dijo San Agustín: “La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano”.

Muchas veces habremos oído a alguien vanagloriarse por sus logros en distintas áreas de su vida, con una actitud que rosa la soberbia estos sujetos quieren sacara a relucir sus grandes capacidades frente a los demás queriendo que quede bien en claro lo maravillosos que son.

Esta señal dista mucho de ser una señal positiva en lo que respecta a una buena autoestima, es más bien una señal de una autoestima inflada.

Una persona consciente de sus capacidades y en armonía con su ser no precisa buscar la aprobación de otras personas ya que el se aprueba a si mismo, con sus fallas y con sus bondades, y no necesita aferrarse a logros transitorios para poder hacer soportable su existencia.

Esta carencia puede ser igualmente de peligrosa para la vida que una autoestima baja y no debemos dejarnos engañar por estas señales de humo.

Una autoestima inflada esconde a una persona temerosa, frágil, débil, que teme mostrarse y aceptarse tal como es. Por eso es importante que al detectar este mal se comience con un tratamiento. Si logramos superar esa barrera infundada en el temor nuestra vida será más plena y no tendremos nunca la necesidad de estar demostrándole a nadie todo lo que valemos.

Autoestima inflada

El primer paso para una autoestima sana es aprender a amarse a uno a mismo, una vez que hayamos aceptado a nuestro ser tal y como es y hayamos integrado cada una de nuestras partes (inclusive las “defectuosas”) podremos comenzar a vivir una vida en armonía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *