La vida puede jugarnos una mala pasada con nuestra autoestima. Todos hemos atravesado en algún punto de nuestra existencia un situación dolosa que su simple recuerdo nos trae una angustia que nos obliga a distraernos rápidamente con cualquier otra cosa.
Esta angustia puede debilitar tarde o temprano nuestro cuerpo emocional por lo que deberemos aprender a ganar autoestima para mantenernos fuertes y mostrarle el pecho a la vida.
Sucumbir ante la tristeza nunca es una opción. No podemos entregarnos al dolor, la vida siempre se merecerá una nueva oportunidad.
La única verdad es que debemos continuar contra viento y marea, pero para poder lograrlo deberemos tener un carisma elevado y un concepto de nosotros sumamente positivo, impermeable a las tempestades que se nos pueden presentar en el camino, ganar autoestima nos dará la confianza necesaria.
Tener una visión positiva de nuestra persona es la mejor manera de ganar autoestima. Si confiamos en nosotros nada podrá entorpecer nuestro rumbo y todo puerto será seguro de aquí en más.
Saber que equivocarse no es mortal, que somos humanos y que no somos perfectos será una buena base para poder comenzar a perdonarnos y a sanar en este proceso regenerativo que es el volver a amarnos, con nuestro pros y contras.
Al perdonarnos estaremos dando el paso fundamental en el camino hacia la sanación psíquica y espiritual, nuestra mente y nuestra alma encontraran la paz, nosotros seremos nuestro propio refugio y ningún mal podrá alcanzarnos dentro de nuestro templo.
La vida nos da una segunda oportunidad y nosotros debemos darle otra a ella, salir a delante esta en nuestras manos.
Aprovechar las oportunidades que nos da la vida hará de nosotros seres de una gran valía, a los que no detendrá fácilmente ningún obstáculo y que siempre estarán dispuestos afrontar su destino con amor y alegría.